"Hay seres que luchan toda la vida... los
imprescindibles." — Silvio Rodríguez, cantautor
Hoy vuelvo sobre mis cartas, mis fotos y aquel
blog que parecía haberse quedado dormido en el tiempo. Al releerlo siento que,
aunque los años pasan, las emociones siguen intactas y los caminos, de una u
otra manera, se mantienen.
No existió felicidad más grande que saber que
venía mi hija adorada en camino. Claro que la alegría estuvo acompañada de esa
gran pregunta: ¿y ahora cómo ser mamá? La tranquilidad me venía de
recordar cuánto me gustaba acompañar y jugar con los niños de la familia. Sin
embargo, los embarazos no fueron fáciles: internamientos permanentes, sueros y
largas esperas. En medio de todo eso, una conversación sobre la hiperémesis
gravídica me devolvió la calma. Saber que había estudios científicos que
demostraban que no dañaba a la bebé en camino fue un alivio, sobre todo porque
lo explicó con claridad Tito Flores Galindo, un gran pensador peruano, a quien
tuve la suerte de escuchar cuando hizo este comentario en una reunión. Con el
tiempo entendí que ese instante también era parte de los símbolos que la vida
tejía: era como si él hubiese hablado de alguna manera con mi hija, como si la
hubiese conocido antes de nacer, porque ese encuentro estaba destinado a
ocurrir. Hoy que ya no está con nosotros, siento que mi Laura sostiene muchas
de sus batallas inspirada también en el pensamiento profundo que él nos legó
sobre nuestro amado Perú.
Es así, que el destino siguió dibujando
señales. Desde pequeña, mi Laura mostró el don de la sensibilidad que tienen
los músicos. Esa capacidad la desplegaba al escribir poemas o al tocar algunas
notas musicales que caracterizaban a las personas que visitaban nuestra casa.
Para ella, leer, escribir y componer canciones era una sola experiencia. Hoy tiene
escrita muchas piezas musicales; Varias de sus canciones nacen de hechos
concretos y de la sensibilidad hacia lo que ocurre en los entornos que la
rodean. Recuerdo especialmente una de sus composiciones que dice: “He venido
a acompañarte en esta agonía, he venido a estar contigo en el tiempo que demore
esta agonía”. Una letra que expresa su solidaridad con quienes pierden,
sufren y luchan, mostrando que su música es también una forma de compromiso
humano y político.
Y justo a mediodía, mientras jugaba la
selección peruana de vóley, nació mi Laura. Apenas pude sostenerla en brazos,
la alcé hacia la ventana del Hospital del Empleado y la presenté al mundo,
comprometiéndome a hacer de ella una mujer íntegra, fuerte, sensible y
solidaria.
Con los años has llenado mi vida de alegría,
de responsabilidades, de amistad, de política y de amor infinito. Te escucho
cantar y encuentro profundidad en los mensajes, leo tus entrevistas y reconozco
claridad de ideas, te veo actuar y
confirmo el gran compromiso con las personas, con los contextos y con el tiempo
que te toca vivir y luchar.
En una sociedad donde muchas veces se prohíbe
disentir y donde opinar distinto se castiga, sostener convicciones es un acto
de grandeza. Lo fácil es decir lo que todos quieren oír; lo difícil, y también
lo valioso, es defender la verdad aunque incomode. Eso es lo que representa mi
Laura.
Hoy, en tu cumpleaños, solo puedo reconocer tu
valentía, tu fuerza y tu dignidad. A todo lo que ya siento como madre, se suma
algo nuevo: la admiración profunda por tu grandeza y por las luchas que
emprendes.
Como dijo Pepe Mujica (2015): “La vida es
hermosa si uno tiene el coraje de pelear por ella. La vida es un milagro, y hay
que comprometerse con ella”. Ese coraje y ese compromiso son los que veo
reflejados en ti, mi Laura querida.
Por eso, hoy puedo decirlo con plena certeza:
en este tiempo, eres imprescindible.
Hija, te quiero mucho y feliz cumple años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario